8/6/13

DESEA USTED QUE EL FINAL DE SU CUENTO DE HISTORIA ESTUDIANTIL TERMINE CON UN “… Y TODOS VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE”

En lo particular, no me gustaría tanto así, pero si deseo salir “bien librado” del tema. Alrededor de las transformaciones en la educación superior del Ecuador,  propuestas por el actual régimen a partir del 2010, se ha levanto una polvareda muy larga, sobre todo en temas como la autonomía universitaria, el posgrado de los docentes, entre otros muy sonados porque los “aludidos”  presentaron sus enfoques  a la brevedad posible ante la opinión pública. Quedando de lado un asunto de suma importancia: el Examen Nacional de evaluación de carreras y programas académicos contemplado en el art. 103 de la Ley Orgánica de Educación Superior, en el cual dice: “…..Este examen será diseñado y aplicado por el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior. EL EXAMEN ESTARÁ CENTRADO EN LOS CONOCIMIENTOS ESTABLECIDOS PARA EL PROGRAMA O CARRERA RESPECTIVA”.
Usted se preguntará,  qué con esto. Resulta que dentro del sistema universitario nacional, existen carreras y programas “especiales” – por llamarlos de alguna manera –. Siendo más puntual: existimos carreras de ARTES en las universidades del país, cada una con sus planes de estudios distintos y  por ende cada carrera es particular. Aquí viene el detalle: en cumplimiento a lo dispuesto en la Ley de Educación Superior, el organismo respectivo nos tomará a los estudiantes del último año el examen mencionado en el art. 103, en julio de este años a los estudiantes de la Facultad de Artes de la universidad de Cuenca – y supongo que en el resto del país –, todo bien hasta ahí! El problema surge cuando  el examen que nos van a aplicar inobserva lo que el mismo art. Menciona: “EL EXAMEN ESTARÁ CENTRADO EN LOS CONOCIMIENTOS ESTABLECIDOS PARA EL PROGRAMA O CARRERA RESPECTIVA”. Pues, nosotros los estudiantes de artes no vemos en nuestras mallas curriculares matemáticas o razonamiento abstracto  – esto puedo decirlo con certeza en el caso de artes escénicas, de pronto alguna otra carrera de arte si incluye –. Estamos preocupados por lo complejo de este examen y porque no guarda mayor relación con lo que hacemos –de pronto la parte de razonamiento verbal está bien, el resto es cuasi una “trampa” – . Si la preocupación del Estado radica en cuidar  la calidad del profesional que saldrá de las aulas universitarias  - actitud que aplaudimos –, por medio de filtros que aseguren la calidad de la educación superior; tales filtros deben ser coherentes con los perfiles de cada carrera y no lanzar un examen general que vulnera derechos, como el caso aquí presentado.
La problemática del estudiante de artes en el país es compleja, muchos estudiantes venimos de no tener una práctica con las matemáticas y el razonamiento abstracto, dado que en la formación media anterior,  existían  especializaciones: físico-matemático, técnicos, ciencias sociales, artes, etc. un gran número de estudiantes de artes en la universidad venimos de las ciencias sociales y los bachilleratos o tecnologados en artes. A estas  alturas querer relacionarse con las matemáticas o el razonamiento abstracto resulta un poco más que tedioso.
Que quede claro:  no nos oponemos al examen ni a las matemáticas. Hacemos caer en la cuenta a los entes rectores del Sistema Nacional de Educación Superior, que se está cometiendo una error con los estudiantes de artes del país al inobservar lo que dice el artículo 103 de la Ley de Educación Superior: “EL EXAMEN ESTARÁ CENTRADO EN LOS CONOCIMIENTOS ESTABLECIDOS PARA EL PROGRAMA O CARRERA RESPECTIVA”. Somos artistas y arte es lo que saldremos a hacer, creo que se debe diseñar un examen para los estudiantes de artes y considerando que cada carrera de arte es un universo distinto.         


Por:
Ángel Orellana Flores
ESTUDIANTE DE ARTES ESCÉNICAS,

UNIVERSIDAD DE CUENCA   

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